miércoles, 2 de septiembre de 2009

Gabriela Mistral; Poetiza, Nobel y Lesbiana.

Esto era un rumor hace años, pero se desacreditó una y otra vez. Finalmente ante las pruebas, la oficialidad Mistraliana tuvo que aceptar lo que hasta ahora había negado porfiadamente.

Gabriela Mistral y su secretaria y heredera treinta años menor, Doris Dana, fueron pareja, amigas entrañables... amantes.

A los que osaron contar la verdad, apoyados en investigaciones y estudios de la vida y los escritos de la premio Nobel, los trataron casi como herejes, y rechazaron cada una de sus tesis.

El libro "Niña errante" elaborado por el conservador del Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional, Pedro Pablo Zegers y que estará disponible a partir del lunes en las principales librerías, recoge 250 cartas que Gabriela y Doris se enviaron durante el tiempo que suró su relación, marcada por la distancia, la pasión y los celos.

"Tú no me conoces todavía bien, mi amor. Tú ignoras la profundidad de mi vínculo contigo. Dame tiempo, dámelo, para hacerte un poco feliz. Tenme paciencia, espera a ver y a oír lo que tú eres para mí", escribió Mistral a Dana el 22 de abril de 1949.

Es extraño que en las escuelas nacionales no se enseñe esta parte tan importante de la vida de un personaje tan relevante y querido. Aquí es donde se ve el doble estándar del chileno, que públicamente llena de aplausos a una persona cuando logra notoriedad por su oficio u profesión, pero que por otro lado se avergüenza de hablar de aquellos rasgos que no van de acuerdo con su podrida moral y autodenominadas "buenas costumbres".

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