Descubrí un secreto; La suerte no existe.

Descubrí un secreto: El destino y la suerte no existen.

Así de lapidario soy. No creo en las confabulaciones del cosmos para que cosas y encuentros ocurran de manera espontánea o fortuita.

Causa y efecto es todo lo que existe en mi universo; en mi particular universo. Millones de hechos son los que desencadenan otros hechos, que a su vez, generan miles de otros nuevos sucesos y así, constantemente hasta el infinito.

No creo en un camino marcado previamente a que vengamos a este mundo, porque de ser así, la vida misma de cada individuo no tendría sentido; sería una crueldad del destino, Dios o quién quiera que haya decidido por nosotros.

Cada decisión, cada cosa que se dice, se hace, o que no, provoca que el camino de dos personas se encuentren o se distancien para siempre (me pregunto en este punto; ¿qué quiere decir "para siempre"?).

Cada desilusión, cada pérdida, cada caída, nos hace girar y chocar de frente con nuevas posibilidades, de volver a equivocarnos o de avanzar.

Nacer, crecer, no morir en el camino, hablar, vestirse, ser de cierta manera, buscar determinadas cosas o tipos de personas, saber usar una PC y navegar en Internet, tener gustos definidos… todo, para estar justo un día, a una hora y en un lugar preciso para encontrar a alguien que te sorprenda y te dé nuevas esperanzas. ¿Coincidencia? No lo creo. Del otro lado ocurrieron millones de cosas más para que ello pasara.

La vida tiene un sentido del humor muy particular, constantemente se ríe de nosotros y cuando ya no damos más, nos pone nuevamente una luz al final del camino.

Una sonrisa cálida y honesta apareció en el lugar menos pensado. Supo estar el día, la hora y en el lugar correcto para ser encontrada. Sólo espero que se quede por mucho tiempo más, muy cerca, para poder disfrutarla.

... me niego a creer que ha sido sólo suerte.