H1N1; La conspiración para exterminar a la humanidad.

Héctor, es un amigo de Talca al que conocí hace un par de años gracias a nuestro gusto por la música de Sandra y Enigma.

Lleva meses enviándome cartas cadenas para prevenirme de una conspiración que pretende usar el virus H1N1 para exterminar a la tercera parte de la población mundial, pero claro, como es mi costumbre, jamás leí uno de sus tantos mails sobre el tema, simplemente, porque no abro cartas cadenas llegadas a mi correo electrónico; me hartan esas presentaciones en PowerPoint que me hablan de la amistad y al final me maldicen si no se las reenvío al menos a 20 personas.

Ayer, apareció la noticia de que el Gobierno Chileno decretó la vacunación contra el virus a todos quienes trabajen en el sistema público en el área de Educación, así que hoy me he dado el tiempo y me puesto a averiguar para hacerme una idea del tema y de las razones por las cuales me debiera inyectar. Curiosamente, no hay una razón más que la de prevenir el contagio.

Al seguir revisando, lo que encontré en los mails de Héctor, y luego por la red, fueron elaborados argumentos que "confirman" la conspiración y a personas que intentan salvar al mundo de los poderes ocultos, que desde las sombras manipulan nuestras vidas y experimentan con nosotros.

De 6 billones de personas en el mundo, las esferas del poder pretenden dejar vivas sólo a 1 billón...

Aquí dejo algunos videos explicativos:

Mi naturaleza es ser una persona escéptica. No me trago este tipo de cosas de buenas a primeras. Por ejemplo, mucha gente retransmitió la información de que el día 27 de abril habría un nuevo terremoto en Chile, incluso más fuerte que el del 27 de febrero. Como no ocurrió nada ese día, empezó a circular otra fecha, para luego mencionar otra y otra más, sin que a la fecha ocurra nada tan terrible como lo que “alguien” leyó en Internet y que según dicen, lo informó un servicio sismológico de E.E.U.U., secretamente, claro está.

La gente se cree cualquier cosa sólo porque aparece publicado en la red. El ciberespacio da para cualquier cosa y todo tipo de persona tiene la posibilidad de publicar lo que se le venga en gana; la imaginación parece ser el límite.

Cualquiera que haya recibido un reenvío de correos con amenazas de virus peligrosísimos, con denuncias de chinos comiendo niños, elaboradas explicaciones de la máquina de temblores del pentágono (esta es una de mis favoritas), o este mail, con la conspiración del gobierno secreto para eliminar a la humanidad por medio de la vacuna H1N1, debería que por internet circulan toda clase de patrañas.

Para que estas leyendas cibernéticas (no diré urbanas), florezcan en la red, se necesita la semilla de la credulidad cimentada en el miedo. El miedo a los virus computacionales de los que no tenemos ni idea, el miedo a los chinos (son muchos y capaces de todo), el miedo al Pentágono o a los comités que dominan el mundo en salas de juntas de Zurich y de la credulidad de creer en cualquier cosa y persona sólo porque Google nos arrojó un resultado en un link.

No me vacunaré contra el virus H1N1, pero sólo porque jamás me inyecto si no estoy enfermo realmente... Héctor, por favor, no me envíes más cartas cadenas.