Hoy los invito a mirar la
realidad plasmada en tela y oleo. Formas y colores congelados en el tiempo de
manera permanente por la intuición, talento y simpleza de Mario Caamaño, un
pintor chileno que, con su talento, sigue sorprendiendo en cada trazo.
La inspiración viene de lo
cotidiano y se transforma en arte que captura la mirada y las emociones. No se necesita
de elaboradas teorías artísticas ni ser un experto ilustrado para comprender lo
que se mira, no hay nada que entender ni interpretar, solo resta disfrutar de
una obra concreta y sin adornos.
En su sitio web puedes ver en
detalle parte de su trabajo y si te animas, quizás contactarlo y adquirir
alguna de estas joyas.
En el Estadio Nacional de Chile,
el pasado 19 de diciembre, 40 mil personas indignadas pifiaban a la llamada “Reina
del pop”, hartos de esperar que comenzara a cantar bajo una intensa lluvia y
sin recibir explicación alguna del retraso por parte de la organización.
Madonna, con dos horas de
retraso, comenzaba su esperado “MDNA Tour” ante un público frío y molesto… y es
que podrás ser la Reina de lo que quieras, pero los súbditos de hoy en día no
están dispuestos a perdonar faltas de
respeto ni estafas, que era la sensación general del público asistente ante lo
ocurrido.
Pensé en no asistir, pero Jorge
insistió: “No somos fans, pero puede que Madonna no vuelva nunca más a Chile,
ya estamos aquí y es parte de la aventura”, así que metro, taxi y cuadras a pie
mediante, llegamos a un estadio colapsado por el agua y la gente.
Pasaban las horas y Madonna no
salía al escenario, seguía lloviendo a mares y el frío comenzaba a calar los
huesos, hasta que un apagón general anunciaba lo que venía; el comienzo del
espectáculo.
Comienza a sonar “Give me all
your luvin’” y notamos que faltaba la primera parte del espectáculo; Madonna,
simplemente, se lo saltó.
Si obviamos los problemas
técnicos, las descomunales desafinaciones en los 3 primeros temas, el retraso exagerado
y el abrupto corte del show (una hora antes de lo debido), el show fue una
maravilla. Grandes clásicos de la carrera de la diva sonaron fuerte y hasta
lograron hacerme cantar, visuales de primer nivel y una puesta en escena
impecable hicieron finalmente que valiera la pena mi decisión de asistir, aunque
la masa, la gente que pagó mucho dinero y esperó tanto por ver a Madonna
nuevamente en Chile, jamás prendió con el resumido “setlist” que la artista
presentó.
La productora T4F, que trajo a
Madonna a Chile, acumula ya cientos de demandas ante el Servicio Nacional del
Consumidor (SERNAC) por incumplimiento de lo ofrecido y por publicidad
engañosa, algunos fans han roto sus CD’s de Madonna en señal de protesta y
algunas clínicas han visto como han aumentado en estos días sus pacientes con
resfríos -como resultado de la larga exposición al frío y la lluvia-, pero yo lo
pasé genial con mi amigo Jorge, que sin seguidores de Madonna nos deslumbramos
por su “breve” show.
Gracias amigo Jorge “Qricho” por
favor concedido… y gracias Madonna, por cantar en el concierto tan pocos temas
de tu horrible nuevo disco.