Los unos, los otros y los aquellos; Chile movilizado.

Los unos han salido en masa a la calle a protestar, a pedir educación gratuita y de calidad, a exigir mejores sueldos, leyes laborales más justas y condiciones laborales y sociales más dignas. Los otros, en la trinchera opuesta, dicen que no es posible, que no hay recursos, que hay que esperar, pero no son más que un pequeño bote tratando de detener una ola gigante que se viene encima con toda su fuerza, arrasando todo a su paso. Los aquellos, que se frotan las manos y hacen del oportunismo una fiesta, salen en defensa de los pobres y los oprimidos, alzando su voz y rasgando vestiduras.

Los unos han logrado movilizar a todo el país y conseguido que los trabajadores, los padres de familia y la sociedad en general se sumen a sus filas. Los otros ya no saben qué hacer y sacan sus últimas cartas, ocultas bajo la manga. Se escudan en cifras que nadie entiende y recovecos legales, amenazando con pérdidas económicas y de año escolar. Los aquellos critican, critican y vuelven a criticar.

A los unos no hay quien los pare y están dispuestos a marchar, tomarse las calles y reventar las redes sociales con sus demandas. Los otros temen que no vuelvan a poner su confianza en ellos y que el poder se les vaya de las manos… Les costó tanto conseguirlo y ahora se les escapa como agua entre los dedos. A los aquellos, se les olvida que tuvieron su oportunidad de hacer mejorar las cosas, pero 20 años no les bastó y ahora intentan aprovechar el buen momento para volver a gobernar en un país que parece haber despertado y ha dicho: ¡ya no más! Se les pasó el tiempo lloriqueando su pasado doloroso, el que de paso les llenó los bolsillos de dinero y los acomodó en los más altos puestos de honor.

Los unos hacen huelgas de hambre, mientras los otros y los aquellos toman café juntos, como amigos, en sus sesiones democráticas. Los unos quieren plebiscito, a los otros y los aquellos, no les conviene.

Los unos ya no creen en los otros ni en los aquellos. Les han quitado las máscaras y los han puesto en evidencia y ahora no pueden más que intentar desviar la atención.

Lo unos siguen firmes en sus convicciones, en tanto, los otros y los aquellos ruegan al cielo que no los dejen a mitad de camino, porque sin los unos se vuelven nada. Sin poder no son más que simples mortales, del montón, de los que luchan por sobrevivir y que sueñan con un mejor futuro; en unos.

5 comentarios:

genestel dijo...

Uuuufff, pero ¿se logrará algo...?

Porque por aquí mucho de esto y no sirve para nada.

El verano pasado fuimos a una macro manifestación de millón y medio de personas... y se quedó tan sólo en eso.

Ya no creo ni en el poder de manifestarse..., ya ves...

Roddo dijo...

Estudiantes en México pedían al estado educación gratis. Estuvieron 1 año en marchas y protestas.... lo consiguieron.

Aquí el movimiento estudiantil parece ir en la misma dirección; no parar hasta conseguir lo que quieren.

Los otros movimientos tienen que ver con la lentitud en la reconstrucción de casas después del terremoto, modificaciones a la ley laboral, mejoras en la distribución de recursos, reformas en el sistema de salud y suma y sigue.

Es de esperar de que esto sirva y se logren mejoras... de ser posible, antes de que nos quedemos sin país.

Lo que veo en TV y la prensa acerca de uno y otro bando, me recuerda al nivel de polarización que había en 1973. ¡Dios nos libre!

genestel dijo...

Eso mismo..., pero se tiene que salir mucho a la calle para conseguir un mínimo...

Aquí se ha salido por muchas cosas (terrorismo, violencia de género...)y poco se ha conseguido la verdad...

Lovelyfran dijo...

Me parecen extraordinarios estos movimientos de protesta. Considero que son necesarios al margen de que se consigan o no los objetivos de forma pacífica. El pueblo está cada vez más cansado e irritado y está en su derecho de manifestarse. A nivel personal apuesto por otra revolución francesa pero a escala planetaria. Si María Antonieta, toda una reina, perdió su cabeza en una guillotina habría que descabezar también a unos cuantos politicuchos.

Roddo dijo...

Pues, esos politicuchos por aquí están desesperados, Runner. Saben que ya nos les creen ni lo que rezan y temen perder lo que más les importa: el dinero y el poder. La cabeza sería lo de menos.

 

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