De regreso...

Santiago de Chile no es una ciudad amigable. La verdad es bastante estresante estar allí por más de 5 días entre millones de personas que van y vienen a toda prisa, chocando contigo al pasar, con rostros secos y casi sin expresión.

En la capital del país ya no hay tiempo para un "buenos días" ni para un sinple "gracias". Todo es entre gente que compra y entrega servicios.

Los semáforos son breves y a penas hay tiempo para cruzar la calle, el ruido de los bocinazos y los motores de los vehículos, especialmente en el centro, es ensordecedor y al final del día es inevitable no terminar siendo parte del sistema... aunque vayas muy tranquilo por la calle, con el tiempo de sobra, porque estás de vacaciones.

Santiago me recibió con mucho smog en el aire, el que se puede ver flotando entre los edificios más altos a la distancia, como es de costumbre en esta gran ciudad, pero además con bastante frío, lo que es poco frecuente en esta época del año, más aún considerando las altas temperaturas que se registran aquí producto del "efecto invernadero", provocado por los altos índices de contaminación y la falta de ventilación de la orbe, la que se encuentra rodeada de cerros que impiden la circulación de aire limpio.

Me quedé en un departamento, en un edificio muy cerca del centro mismo de la capital, y desde allí me moví en un par de ocaciones sólo para ir a comprar comida, salir de excursión a algún museo o simplemente para dar vueltas sin rumbo fijo. El resto del tiempo, los dediqué a dormir, contemplar la ciudad desde el balcón del departamento, volver a dormir y... no hacer nada.

En la imagen de hoy, una vista nocturna de mi primera noche en Santiago, mientras me paseaba descalzo por la casa.

Ya estoy de vuelta en mi rutina diaria y desde mañana regreso al trabajo, pero en estos días iré publicando fotos y comentarios acerca de mi pequeño viaje a la "nada", porque aunque Santiago es Chile y todo pasa allí, también es posible desconectarse y respirar tranquilo en el piso número 11 de un gran edificio.

7 comentarios:

genestel dijo...

La verdad es que Santiago no me gsutó demasiado y por eso decidí quitarla de mi tour chileno.

Puede que la próxima vez me decida a visitar algo de esta capital, pero dependerá del clima sobre todo, y de su contaminación.

A veces la soledad y tranquilidad se encuentra en los lugares más insosprechados... ene sta ocasión en lo alto de un piso 11, pisando desclazo y reflexionando sobre la vida misma.

Bienvenido.

Te echaba de menos.

Roddo dijo...

Y yo extrañaba estar por aquí, publicando y leyendo las actualizaciones de mis "favoritos", Gene.

Ha sido una semana muy tranquila la que he pasado en Santiago y en la que además he sacado varias cosas en limpio.

Gracias por la bienvenida! ;-)

genestel dijo...

Ya me dirás algún día que has limpiado y qué tiene más brillo...

Lovelyfran dijo...

La gran ciudad... Cuánto nos cansa a veces y lo necesaria que resulta siempre. Porque, ¿qué preferimos? ¿La tranquilidad de un pueblecito o el bullicio y los servicios de las capitales? Yo, como diría Mecano, "quiero vivir en la ciudad".

Welcome back, Roddo!!! :)

Roddo dijo...

De nada, Runner. Después de todo el tema de Take That no está mal, a pesar de que jamás me gustó nada este grupo. ;-)

A mí me encanta mi pueblecito en medio de la nada, pero ciudades como Santiago también tienen su encanto. ;-)

Gracias por la bienvenida.

genestel dijo...

Ciudades del tamaño de Barcelona, sí.. ¿para qué más?Pero Santiago me parece excesiva por loq ue puede dar, de,masiados barrios y suburbios, al igual que cairo, Moscú o Kiev. Las veo como ciudades grandes, no como grandes ciudades.
Es importante esta pequeña diferenciación.

Roddo dijo...

Y me parece que es muy acertada tu diferenciación, Gene. Jamás había pensado en ello y llevas toooooda la razón!

Santiago es una ciudad grande.

Abrazos!

 

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