Aquí les dejo, un relato escrito por Ángel Moreno, uno de los más recientes trabajos de este nuevo y prominente escritor español. Sus textos están siempre llenos de ingenio y cargados de emotividad, provocando la complicidad afectiva con el lector y capturando su atención.
“Tres minutos llevaba el metro parado y comenzaba a ponerse nerviosa.
Había salido de la tienda dejando a su hermana encargada de todo, aunque no confiaba demasiado en ella, pero no tenía más remedio. La llamada de Urgencias había sido clara diciéndole que él estaba en estado crítico y que debía ir allí. Y apenas en tres minutos había organizado todo. Ir en coche y atravesar toda la ciudad era una locura a aquellas horas de la mañana, así que optó por el metro porque era el medio más rápido.
Tres minutos llevaba el metro parado y notaba cómo le sudaban ya las manos.
Él no tenía que haber ido a trabajar ese día en la moto. Al levantarse tenía un poco de fiebre y ella insistió en que se quedara en casa. Además lloviznaba y no valía la pena. Él insistió, no quiso escuchar y salió de casa dando un portazo. Demasiados nervios, demasiadas presiones… en el pueblo la vida era más tranquila…
Tres minutos llevaba el metro parado y el hombre que tenía enfrente le miraba con fijeza.
En la próxima parada se bajaba, ya estaba cerca, casi podía notar la presencia de él rodeándole el cuerpo, atrapando su cabeza, el calor le oprimía el pecho, todo se movía dando vueltas…
El hombre evitó que cayera al suelo en su desmayo. El metro se puso en marcha y en tres minutos entraba en la estación. La gente se agolpaba alrededor de ella, le robaban el aire, le quitaban el aliento, mil caras grotescas, voces ajenas…sólo quería estar con él.
En tres minutos varios empleados del metro la montaron en una camilla y, entre golpes y trompicones, notaba como si volase entre suaves encajes…
Una voz firme le decía cerca del oído que estuviera tranquila, que a tres minutos de la estación de metro había un hospital y que en Urgencias les atenderían rápido…
El doctor le dijo que no era nada importante, un desmayo, pero que debía quedarse en observación porque había estado inconsciente. Que pronto pasaría a verla y que ahora tenía que volver a ver a un motorista accidentado que había despertado…
Tres minutos se estuvieron besando. Se quedaría ingresado unos días…
-La próxima vez…en metro-le decía ella susurrando. -Lo sé…hubiera llegado en tres minutos al trabajo."
2 comentarios:
Grata sorpresa el entrar de visita por aquí...y encontrar mi último relato corto como reciente actualización.
Me llena de orgullo lo que has escrito sobre mi y espero que, con el tiempo, no cambie tu opinión.
Espero que a tus visitas no les aburra...
Gracias.
Un abrazo fuerte,
Àngel Moreno.
Seguro que no, ya sabes que me encanta como escribes y sé que a quienes lo lean les guatará también. Quédate tranquilo, que llevo mucho tiempo leyendo tus historias, cuentos y relatos y mi opinión mejora cada día!
Un gran abrazo para tí también.
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