Esto está mal… no, muy mal.
Hace unas horas, Pablo Zalaquet, el alcalde de Santiago tuvo la mala ocurrencia de decir en la prensa que: “si esto no para antes del 11 y tiendo a creer que no va a parar, va a ser muy duro. Quien tiene que medir esto es el ministerio del Interior y los organismos especializados. Si ven que este cuento está a un nivel de alto riesgo, muy sencillo, tendrán que ver si con las fuerzas policiales alcanza. Si no, tendrán que pedir ayuda a las Fuerzas Armadas".
Lo anterior hace referencia a las manifestaciones que parecen no tener fecha de término y en la que los estudiantes, apoderados, organizaciones sociales, ambientalistas y trabajadores de diversa índole han sido protagonistas en las últimas semanas, producto de un creciente descontento social como no se veía en años.
El edil se refiere al 11 de septiembre, fecha sensible para Chile en la que se conmemora el golpe militar que llevó al poder por 17 años a Pinochet y que marcó una década de represión en la que cualquier atisbo de manifestación pública era castigada por los militares que rondaban las calles del país.
El total repudio desde todos los ámbitos del quehacer nacional a estas declaraciones no se ha hecho esperar y Zalaquet tuvo que salir a poner paños fríos y decir que fue “sacado de contexto” y que en realidad espera que eso jamás llegue a pasar.
Ante las airadas reacciones que tamaña declaración ha producido, el Ministro de Defensa del Estado, Andrés Allamand ha salido a poner paños fríos diciendo: “El orden público se garantiza a través de la acción de Carabineros y en (el) caso de quienes cometen delitos con motivo de manifestaciones, a través de la acción de los tribunales de justicia".
El sólo hecho de pensar en militares controlando a la ciudadanía y diciéndoles qué hacer, donde ir y que pensar produce escalofríos y trae a la memoria colectiva tiempos oscuros.
Existen declaraciones desafortunadas, las que rayan en la imbecilidad… y las de Pablo Zalaquet.
3 comentarios:
Lo cierto es que el mundoe stá enloqueciendo...
Época de duros cambios...
La gente se ha cansado de las falsas promesas de los políticos y de la desigualdad que existe en el mundo.
Por aquí, este nivel de descontento no se veía desde el periodo del gobierno militar y la cosa empeora día con día... Miedo da, Gene.
Allí enseguida pasa todo a un extremo grande y sí que asusta un poco...
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