El posible morbo erótico añadido de Transformers 2: La venganza de los caídos parece haberse desplazado de su estrella femenina Megan Fox a Devastator, uno de los robots decepticons más impresionantes, y en varios sentidos, de esta segunda película sobre los famosos juguetes dirigida también por Michael Bay .Si una de las escenas más recordadas de la primera es la de una sensual Megan Fox abriendo el capó de un coche, lo que está dando que hablar en esta segunda entrega no son tanto los ya de por si esperados momentos subidos de tono con la actriz (por ejemplo, encima de una moto), sino el enorme par de pelotas de las que hace gala Devastator.
Varios medios norteamericanos se han hecho eco a través de Internet de uno de los fragmentos de la crítica que ha escrito Nick de Semlyen en Empireonline.
Concretamente, el que describe como en unas de las escenas finales de la película, en medio de un apoteósico clímax de batallas y acción que tiene lugar en las célebres pirámides egipcias de Giza, la cámara va centrándose en Devastator hasta mostrar dos grandes bolas de demolición situadas precisamente en la parte más viril de su robótica anatomía.
"Sí. Michael Bay, el hombre que nos mostró una cyber-micción en la película predecesora, ha ido un paso más allá: testículos de Decepticon", comenta Nick de Semlyen en su reseña.
Cuando niño, jamás se me ocurrió pensar si los autobots y los decepticons tenían genitales, solo soñaba con ser como Optimus Prime, pero me parecen bien estos pequeños detalles, total, acaso los robots no tienen derecho a tener un poquito de acción extra?
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