A Lady Gaga, el bicho raro de turno en la música pop del momento, no todo le sale como quiere y la prueba es lo que le acaba de suceder en Sidney, Australia, en donde anda de gira promocionando su nuevo disco "Born this way".
Acostumbrada a provocar para mantenerse vigente en los medios y dar de qué hablar, ha pasado desde salir luciendo un vestido hecho con trozos de carne hasta pedirles a sus fans croatas, en uno de sus conciertos, que le mostraran sus penes porque le habían dicho que eran “bonitos”.
Ahora se le ocurrió aparecer cantando “You and I” en el Sidney Town Hall con un vestido negro terminado en cola de sirena y sentada en una silla de ruedas, lo que ha provocado un gran revuelo, especialmente de asociaciones de minusválidos por considerar que es una falta de respeto a tantas personas con discapacidad existentes en Australia y el mundo.
Quizás la Gaga no sabe que en el planeta hay muchas personas que, desafortunadamente, no usan sillas de ruedas sólo para llamar la atención.
¿Cuál es el límite entre la provocación y la falta de respeto?
No contentos con eso, muchas personas (la prensa dice que fans, pero yo no lo creo) la atacaron lanzandole a ella y su personal una lluvia de huevos crudos a la salida de una popular disco gay llamada “Arq”, aunque ninguno acertó en el blanco.
Como si fuera poco, Youtube cerró el jueves pasado el canal de la cantante por reiteradas infracciones de copyrigth las políticas del popular sitio web, aunque el castigo duró sólo un par de horas y ya está nuevamente al aire, aunque ahora respetando las leyes de derecho de autor vigentes.
Para nadie es secreto que no soporto a la Gaga y como no me gusta, no compro sus discos ni voy a sus conciertos y ya está. Lo de los huevos me parece tan, o más, irrespetuoso que montarse en una silla de ruedas sólo por el hecho de creer que porque es “artista” puede hacer lo que se le venga en gana sin que nadie le diga nada. Bien por el público australiano que sabe decir “NO” cuando algo no le parece, por muy Lady Gaga que sea.
Se me viene a la cabeza la islandesa Björk; igual de rara, igual de artista, pero que brilla por exéntrica y talentosa sin necesidad de sobrepasar los límites del respeto a su público.
2 comentarios:
Yo sólo digo que para no gustarte la Gaga hablas mucho de ella en tu blog. ¿Por qué será? :)
No es tanto, Runner, además, nunca es para bien! ;-)
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